jueves, 12 de septiembre de 2013

Recibiendo el cambio e informando

          La Vuelta al Táchira en Bicicleta es un evento deportivo capaz de paralizar las actividades pueblerinas. Esto no pasa solamente cuando se tiene la suerte de recibir la caravana multicolor en tierra chácara. A lo largo de todas y cada una de las etapas, la transmisión radial mantiene expectante a la población. Incluso, hay personas dispuestas a ir hasta La Grita, Tovar, Capacho y San Cristóbal a presenciar la llegada de la vuelta. Es una cita de honor que se cumplía el pie de la letra cada año.
          La emisora "Ecos del Torbes", la emisora predilecta, en las primeras versiones, tuvo el privilegio de trasmitir el evento ciclístico con carácter de exclusividad. En esos tiempos, también logró congregar a los jóvenes uribantinos en torno a un radio portátil de baterías recargables. Era común observar a los radioyentes en los postes de electricidad ubicados en las esquinas del pueblo. La intención de aquellas asambleas espontáneas, sencillamente, tenían como propósito garantizar la sintonización de la radio.
          Hoy es posible observar en vivo y directo, a través de las imágenes de televisión, el verdadero desempeño de los ciclistas en las grandes vueltas del mundo: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España, así como otras competencias olímpicas o profesionales de proyección mundial. Ya es posible saber cómo es el verdadero comportamiento de los ciclistas en competencias con duración de dos o tres semanas: hay momentos de altísima competitividad y largos trayectos de calma.
          Pero en aquellos tiempos de infancia y juventud, bajo la influencia evidente de los narradores colombianos, los profesionales de micrófono del patio sabían mantener en vilo a los radioescuchas durante toda la jornada. Los atletas parecían interminables. Si en dos cronometrajes sucesivos había sólo 1 segundo de diferencia, con engolada y sonora voz, los locuaces narradores describían aquella “situación normal” como la más encarnizada lucha entre los escapados y el pelotón persecutor.
          No es exageración: Sólo 1 segundo de descuento —o de aumento— entre los ciclistas era razón suficiente para que cualquier muchacho dejara de ir al baño a cumplir con alguna necesidad fisiológica, esperando con aprehensión y estoicismo a que se resolviera el dilema de la competencia. El “Guillo” Villamizar y Carlos Alviarez Sarmiento, por sólo nombrar dos reconocidos pioneros de la narración radial, lograron cautivar a la expectante audiencia durante varios años.
          —Claaaaaaaaaaro, claaaariiiiiiiiiiitoooo¡¡¡¡, recibiendo el cambio e informando…
          Exactamente eso era lo mismo que trasmitía Eduardo Gil, en una medianoche de enero —junto a Gregorio y Bautista Gil, Simón “Tito” y Gregorio “Goyo” Mora y José de la Cruz García—, cuando llegó una comisión de la policía del pueblo a detener ipso facto a los “malandros comunistas”, porque estaban cometiendo el terrible e imperdonable delito de imitar las narraciones de Ecos del Torbes…
José de la Cruz García Mora

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