sábado, 27 de diciembre de 2014

Tiene que darnos ventaja



El ciclismo es un deporte que logra despertar intensas y efusivas pasiones entre la fanaticada uribantina. Pregonero tuvo el privilegio de recibir con entusiasmo la caravana multicolor en la primera edición de la Vuelta al Táchira en 1965. Desde el momento en que el as colombiano Martín Emilio “Cochise” Rodríguez cruzó triunfante la raya de sentencia en las calles del pueblo, la fiebre del ciclismo se convirtió en la disciplina y diversión predilecta de los atletas y espectadores.
          En la década siguiente ya se había conformado una generación de bravos ruteros, quienes iban irrigando las difíciles arterias viales con el generoso sudor de la juventud: José Ramón Sánchez, Edecio Hernández, Heriberto “Tina” Sánchez, Gonzalo García, Pepe Mora, Luis Ramírez, entre otros destacados jovencitos. En cada época sobresale la figura referencial de un campeón de altos quilates. El atleta se convierte en la figura indestronable del momento y su nombre se hace sentir en diversas competiciones.
          Heriberto Sánchez, mejor conocido como “Tina”, tuvo grandes momentos de gloria en los circuitos y certámenes calapédicos locales. A la memoria llega el recuerdo de un atleta convertido en héroe para los infantes de la época. Más aún al presenciar los airados reclamos de los adversarios, solicitando acaloradamente que se le impidiera competir, bajo el argumento de que era invencible. Es que la categoría del atleta se imponía con relativa facilidad sobre el resto de miembros del pelotón.
          —Tiene que darnos ventaja, decía muy convencido uno de los muchachos, el mismo que casi siempre ocupaba la segunda posición en las carreras, cuyo nombre se omite por razones obvias. Usualmente, “Tina” accedía a la absurda petición. Lo justo es que todos compitan en igualdad de condiciones. Pero él no tenía objeciones de ningún tipo, convencido de que podía hacer derroche de condiciones y obtener la victoria final, al cazar y sobrepasar a los competidores en la raya de sentencia.
          Las glorias deportivas de Heriberto “Tina” se hicieron más grandes. Pero tuvo pocas oportunidades de salir a buscar horizontes más amplios en competencias de mayor envergadura. En muchos casos las condiciones económicas logran eclipsar el desarrollo deportivo de muchos atletas. Al colgar la bicicleta se convirtió en excelente pitcher en los juegos de softball, mientras Carlos Sánchez, el hermano menor, reeditaba el palmarés triunfador en los eventos ciclísticos locales.
          El caballero se ha distinguido como referente de superación, tanto en los escenarios deportivos, como en el campo laboral y familiar, mostrando la estirpe aguerrida de los uribantinos, cuando asumen retos y luchan sin descanso hasta lograr los objetivos. Durante varios años, “Tina” fue el “Cochise” de Pregonero. Siempre fue un triunfador, a pesar de otorgar ventajas a otros competidores. Luego vendrían otras generaciones de altivo renombre en el concierto ciclístico regional, nacional e internacional…

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