sábado, 27 de diciembre de 2014

Trescientos mil espectadores



          La radio y la televisión juegan roles muy importantes en la formación de las generaciones, cuando los contenidos trasmitidos corresponden a valores y principios esenciales de la sociedad. En Pregonero, algunos aficionados a la locución deportiva hacían pasantías empíricas en la narración de candentes juegos de softbol, futbol, baloncesto o volibol en el Estadio Municipal o en las canchas del Colegio y el Liceo. En la memoria aún resuenan aquellos precisos aforos de los narradores en ciernes.
          —Trescientos cuarenta y cinco mil quinientos setenta y nueve espectadores y medio presencian este emocionante partido de softbol desde las graderías del Estadio José Ramón Sánchez. Esa o cualquier otra cantidad imaginaria salía muy pronto de los labios de Camilo Hermógenes Barrera, al apoderarse del micrófono para emular las hazañas narrativas de Abelardo Raidi, Musiú Lacavarié o cualquier otro de los mentados narradores beisbolísticos de la televisión venezolana.
          Así mismo, en la memoria titilan las imágenes entusiásticas de Gilberto Carrero, Ramón “Cemento” Ramírez e Iván “Conejo” Rondón. Este último apenas tendría 10 o 12 años y aprovechaba las ausencias de los grandes para hacer los primeros pininos como comentarista deportivo. Porfirio Molina y John Otoniel Ramírez eran clase aparte. Ello también eran expertos en la amenización de las corridas de toros. Otoniel tenía credenciales para enfrentar la radio local…
          Ellos tenían inventarios particulares de publicidades gratuitas. Lo realmente extraordinario es la constancia en aquellas labores ad honoren, la capacidad expresiva en el manejo del vocabulario, la sagacidad para sostener la expectativa entre el público presente. Ellos lograban que el espectador no perdiera la secuencia del juego, ni de las picaras ocurrencias que soltaban de un momento a otro. Es que hacían reír a mandíbula suelta hasta al más circunspecto de los espectadores.
          La narración de baloncesto y volibol eran las pasiones predilectas de Luis Alirio Ramírez, Luis Ramón Pernía, Carlos Andrés Sánchez y Edgardo Antolín Ramírez. Todos querían hacerse profesionales del micrófono. Los dos primeros incursionaron luego en la narración profesional del ciclismo. Luis Ramón Pernía también lo ha hecho en el futbol. Carlos Andrés Sánchez fungió durante varios años como el presentador estrella de los actos culturales de Pregonero.
          La memoria tiende la mirada hacia el recuerdo y rememora aquellos emotivos momentos de sana rivalidad y competencia. La juventud local siempre ha estado dispuesta a ganarle la partida al ocio y la inercia social. Estos jóvenes encontraron la válvula de escape en la narración deportiva para darle cauce a la vida. Luego se hicieron respetables ciudadanos y dieron nuevos aportes a la comunidad y al país desde otras profesiones y detrás del micrófono, dónde aún continúan varios de ellos…

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