lunes, 19 de agosto de 2013

En la Botica del Pueblo

          Es usual oír a los mayores hablar sobre José Vicente García, un prestante comerciante de Pregonero, quien fue Juez, Concejal y Boticario en diversas oportunidades. La memoria del suscrito alcanza a recordar tenuemente la imagen del anciano, en los últimos días de su vida, una vez que retornó a Pregonero y montó el expendio de medicinas en la esquina suroeste del cruce de la calle 8 con Carrera 2. Allí posteriormente se estableció el negocio de don Bruno Ramírez, mejor conocido como “Cachón”.
          Más frescos son los recuerdos sobre el bachiller Briceño, quien terminó los días como dependiente de la misma botica. Para la época, el título de bachiller no lo alcanzaba cualquier mortal. El mismo era símbolo de estudio, preparación y prestigio. No es como ahora que proliferan los ilustres iletrados, según dicen las malas lenguas. Aquel hombre ponía toda la sapiencia en la atención del público, ofreciendo el remedio preciso para aliviar el dolor de los enfermos, según el récipe médico.
          Tampoco se puede borrar de la memoria la imagen venerable de don Blas Guerrero. Él era propietario de la botica ubicada a media cuadra de la Plaza Miranda. El inmueble fue adquirido posteriormente por Amable Contreras. Nubia y Belkis Guerrero, las hijas de aquel caballero, lograron robar más de un suspiro a los muchachos de entonces. No se sabe si los jugadores de Ajedrez iban allí a cazar una partida del deporte ciencia con don Blas, o acaso a observar furtivamente a las simpáticas muchachas.
          El tiempo pasa de manera inexorable. Otros propietarios asumen la administración de los expendios de medicinas, ahora bajo la modalidad de farmacias. Durante varios años la Farmacia Auxiliadora fue administrada por la doctora Corina. Ella era una dama que llegó al pueblo con la misión de regentar el negocio en su tipo más antiguo de Pregonero. El establecimiento farmacéutico se ubicó frente al cine del pueblo, el cual posteriormente pasaría a ser la Casa de la Cultura.
          Así mismo, en los últimos años, como Farmacéutico Profesional, Yovanny Mora ha asumido las riendas de otros establecimientos, como la Farmacia El Trópico y El Trópico I. Además, existen otros expendios de medicinas en las adyacencias del Centro de Salud y en la Plaza Miranda. La propietaria de esta última farmacia es la señora XXXXXXX Mora. La otra forma parte de las políticas sociales fomentadas por el gobierno de Hugo Chávez para abaratar el costo de las medicinas.
          El tránsito de la botica a la farmacia también sirve para registrar los cambios sustantivos en la estructura social y económica de Pregonero. Muchos hombres y mujeres han pasado en calidad de dependientes por aquellos establecimientos. Ellos, desde el anonimato, han hecho innumerables aportes en la esmerada atención de los clientes, precisamente en las circunstancias más apremiantes, cuando las dolencias del cuerpo reclaman el humanismo de los empleados de turno.
José de la Cruz García Mora



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